lunes, 17 de octubre de 2011

La Hidra de Lerna. Mitología



Reflexión
Hidra en la Mitología: Monstruo del lago de Lerna, con siete cabezas que renacían a medida que se cortaban, muerto por Hércules, que se las cortó todas de un golpe. RAE
Los mitos han enriquecido la vida y la cultura de la humanidad durante toda la historia. Para los antiguos griegos los mitos formaban parte de la religión, con una gran variedad de dioses con sus héroes y heroínas. En los mitos, los griegos intentaban explicar los orígenes del mundo, la naturaleza, aventuras de los dioses y héroes, y de la gran variedad de criaturas mitológicas.
La Hidra de Lerna forma parte de la mitología griega, y según Hesiodo en su Teogonía era hermana de Quimera y del Cancerbero, y descendiente de Tifón Equidna.
Era la Hidra de Lerna una criatura dentro de un cuerpo de serpiente que tenía su guarida en el lago pantanoso de la zona de Lerna al sur de Nafplio, en la provincia actual de la Argólida, en el Peloponeso.
La Hidra fue llevada al lago por la diosa Hera para molestar a los habitantes de esta zona por ser la patria de Heracles o Hércules. Considerada como un terrible monstruo. Ni las flechas, ni la extraordinaria fuerza de Hércules podían matar a la Hidra. Quienes hablaban de ella la consideraban indestructible ya que por ningún medio podía ser vencida.
Hera, fue considerada en el Olimpo la diosa del matrimonio, era hija de Cronos y de Rea. Comida y vomitada como todos sus hermanos, fue violada por Zeus a quien abandonó por un tiempo cansada de sus infidelidades refugiándose en la isla de Eubea. Zeus logró convencerla y Hera segura de sus sentimientos hacia el dios, regresó al Olimpo.
Su odio por el semidiós Hércules era motivado por los celos, ya que al ser éste hijo de Zeus y de Alcmena, Hera lo consideraba como una de las infidelidades de su esposo. Diosa vengativa y celosa intentó por varios medios acabar con la vida de Heracles. Uno de los de los intentos se produjo cuando dos serpientes venenosas fueron puestas en la cuna del recién nacido mientras dormía. Hércules estranguló una serpiente con cada mano, y su niñera lo encontró jugando en la cuna con los cuerpos de ellas.
La Hidra de Lerna, serpiente acuática, monstruo de cuyo tronco emergían más de cien cabezas, entre ellas la central que en ocasiones se representaba con rostro humano. Ningún ser podía acercarse a ella, porque sus fauces exhalaban un aliento mefítico que causaba la muerte a quien se atreviera a cruzarse ante su presencia. Cuando alguna de sus cabezas era cercenada dos nuevas volvían a aparecer. Se creía que tan feroz monstruo controlaba la puerta de entrada a los infiernos.
Euristeo, rey de la Argólida y primo de Heracles, cobarde, impedido física y moralmente para gobernar, temeroso de perder el trono le impuso a Heracles el trabajo de matar el monstruo. Heracles conociendo la fama de la serpiente, llevó consigo a otro héroe, Iloao, y en un carro de fuego se dirigieron al lago. Heracles disparó sus flechas encendidas hacia la caverna, obligando al monstruo a salir. Serpenteante la serpiente fue atacada por Heracles con su espada curva cercenándole una cabeza, pero el héroe al ver que ésta se reproducía se desconcertó y se inventó nuevos métodos para matarla. Hera, envió en ayuda de la hidra, un cangrejo gigante, carcino el que mordió a Heracles en el talón. El héroe tuvo que suspender su lucha con el monstruo para aplastar el cangrejo y matarlo. El cangrejo fue acogido en el cielo, y de él se formó la constelación de cáncer.
Con tizones ardientes los héroes quemaron las carnes de la Hidra, incendiando todo el bosque, impidiendo que emergieran más cabezas. De la feroz batalla sobrevivió la cabeza central que se creía inmortal. Heracles la rebanó y la enterró en el camino que unía a Lerna con Eleunte, poniendo sobre la cavidad una inmensa roca.
Hércules hundió sus flechas en la sangre venenosa de la Hidra para hacerlas letales. Luego de dar muerte al terrible monstruo regresó con Iolao a Micenas.
El mito de la Hidra de Lerna ha sido tema tanto de conferencias como de disertaciones religiosas. En los años 1692 y 1693, en los condados de Essex, Suffolk, y Middlesex, en el estado de Massachusetts, Estados Unidos, se hizo notoria la persecución a las brujas seguidos de juicios judiciales que terminaban castigando a los inculpados en la horca. Los más sonados juicios se llevaron a cabo en la ciudad de Salem por el Tribunal de Oyer and terminer, (Escuchar y determinar).
Todo comenzó cuando dos adolecentes, hija y sobrina de un presbítero se inventaron la historia cuando les sobrevino una enfermedad que no pudo ser controlada por los médicos, de que eran perseguidas por los espíritus. Las jóvenes culparon de sus dolencias a la esclava de su familia y a una indigente a las que acusaron de haberles hecho la brujería que las llevó a enfermarse.
La mentira desató una histeria colectiva dentro de la población fanática e ignorante. Las personas detenidas, juzgadas y condenadas a la horca fueron cientos. Nadie podía demostrar su inocencia una vez detenido, lo único que podía salvarles la vida era acusar a otras personas de practicar la brujería. De esta manera todo el mundo terminaba acusando a todo el mundo.
Fueron las jóvenes quienes, tal vez por remordimiento o por alguna otra razón, resolvieron confesar su mentira. El padre, el reverendo Samuel Parris se trasladó a otro condado con su familia, pero el daño estaba ya hecho.
Muchos fueron los predicadores que después de tan terrible episodio amonestaron a la población poniendo como ejemplo el tenebroso caso de la población de Salem y demás condados. Los reverendos amonestaban en sus prédicas a sus congregaciones mostrándoles cómo la mentira, el chisme, la envidia, conducen a grandes tragedias, a injusticias, a la miseria, la cárcel y aún la muerte.

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