domingo, 19 de octubre de 2008

LIBERTAD Y OBJETIVO DE LA POLÍTICA

Los griegos usaron el término libre para designar al hombre no esclavizado. Hombre libre es entonces el no sometido, el que puede hacer las cosas por sí mismo sin que se lo ordenen otros bajo amenazas.
En toda sociedad la actividad política debe tener como función el servicio a la sociedad. El objetivo del hombre debe ser la obtención del bien para todos, la ayuda mutua y el intercambio de servicios indispensables para el progreso y bienestar de toda sociedad.

Pero la historia de la actividad política se halla muy lejos de sus verdaderos objetivos debido a que la cooptación del poder se encuentra en el Estado que ha dejado de servir al pueblo para aliarse y ponerse al servicio de los poderosos, convirtiéndose en un medio para adquirir poder o de resguardar ese poder. Así entonces, la política es una estrategia para llegar al poder cualquiera que éste sea. (legislativo ejecutivo o jurisdiccional ) de un Estado.

La política como poder es ejercida en favor de quienes la detentan para organizar unas mayorías de votantes que los sostengan en el poder, sin dejar espacio en la actividad política para una verdadera alteridad.

Cuando los gobiernos se interesan en los ciudadanos se puede decir que exite una auténtica democracia. Pero al ir a la práctica vemos que no es así, porque quienes tienen el poder económico, compran, indirecta o directamente la voluntad de los menos favorecidos para hacerse elegir. Sus tácticas son muy conocidas. Deformación de la información, millones de pesos en publicidad, promesas que a la hora de hacerse efectivas se quedan en meras promesas, etc.

En Latinoamérica el pueblo no tiene la mudurez requerida para ejercer la democracia. La debilidad y corrupción de los sistemas políticos han llevado a los ciudadanos a ser permisivos con sus gobernantes. Es necesaria una conciencia popular que exija la reivindicación de sus derechos. Si el pueblo los exige, estos sistemas corruptos se tambalearán, y se asegurará una estabilidad para los ciudadanos del común.

Pero vemos como la voz del marginado, del explotado, es silenciada violentamente a medida que toma conciencia de su dignidad personal. Una violencia justificada por el Estado para hacer respetar la constitución y la ley, según se oye decir. Entonces la represión viene con mayor violencia hasta acallar por medio de las armas y la cárcel, la voz del pueblo, la del campesino, la del trabajador, el indígena, el negro, el educador, el religioso, etc.

La política entonces debe ser replanteada, debe orientarse al bien común, es decir, de todos. Debe ocuparse de la situación de injusticia manifiesta y grave de la población marginada, ¡que por terrible casualidad es la mayoría del pueblo!- La política debe tratar de reubicar al pueblo en el poder. No se trata de su ascenso para aplastar a los explotadores. No. sería para para establecer una verdadera igualdad y justicia para todos.

No se pretende dar fórmulas en esta corta reflexión. La historia de cada país debe servir de marco de referencia. Cada persona, individual y colectivamente debe orientar su atención hacia el objetivo. Este debe ser únicamente que en la política tenga espacio la alteridad del pobre, del marginado, del oprimido.

No hay comentarios: